Angelines, una vecina de Estepona, lleva diez años viviendo con el temor constante de que su vivienda se derrumbe debido a los problemas estructurales del piso inferior. Esta situación ha convertido su día a día en un verdadero infierno, sin encontrar respuestas efectivas por parte de las autoridades locales.
Detalles de la Situación
Hace una década, el piso inferior de la vivienda de Angelines, anteriormente ocupado por una persona con Síndrome de Diógenes y actualmente gestionado por la Junta de Andalucía, comenzó a deteriorarse. Desde entonces, Angelines ha enfrentado humedades, moho y puntales que apenas mantienen la estabilidad de su hogar.
«Esto es un infierno, me voy a hundir», declaró Angelines en una aparición en el programa ‘TardeAR’, donde detalló cómo ha sido su experiencia viviendo entre ruinas. Cada día se despierta con la incertidumbre de si su casa resistirá otro amanecer o si el suelo se colapsará, dejándola sin hogar.
En respuesta a su situación, representantes de la Junta de Andalucía han declarado que en octubre de 2023 se realizaron acciones de urgencia valoradas en aproximadamente 5.700 euros, que incluyeron saneamientos, sustitución de bajantes y tapeo de ventanas. Sin embargo, según Angelines, estas medidas han sido insuficientes y mal ejecutadas.
Manu Marlasca, presentador de ‘TardeAR’, informó que la Junta está trabajando en una segunda fase de intervenciones que aún no ha comenzado. «La explicación que da la Junta es que están en proceso de abordar los problemas restantes, pero hasta ahora no hemos visto resultados concretos», afirmó Angelines.
Además de la falta de respuesta efectiva de las autoridades, Angelines ha señalado la indiferencia de sus vecinos hacia su situación. «Ellos pasan por completo, parece que no viven ahí, viven en una nube. Yo soy la que me estoy moviendo para todo y por eso me siento tan impotente y tan mal. No veo solución por ningún sitio», expresó, destacando la falta de solidaridad en su comunidad.
La vecina ha invertido más de 12.000 euros en intentar mantener su hogar en condiciones habitables, afrontando gastos derivados de reparaciones constantes y mitigación de humedades. «Todo lo tenía deteriorado, todo estaba comido por las humedades. Yo no sé qué voy a hacer ya», concluyó Angelines, reflejando el agotamiento y la desesperanza que siente ante la falta de soluciones duraderas.
La situación de Angelines pone en relieve los desafíos que enfrentan algunos residentes de Estepona ante problemas estructurales en sus viviendas y la aparente falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades locales. Mientras la Junta de Andalucía promete continuar con las intervenciones necesarias, la comunidad local observa con preocupación el desenlace de este caso que ha perdurado por una década sin resolverse.