Ayer sábado 26 de abril de 2025, en el Estadio de La Cartuja de Sevilla, el FC Barcelona se alzó con el título de la Copa del Rey al derrotar al Real Madrid CF por 3-2 en una final vibrante que se resolvió en la prórroga. Pedri abrió el marcador antes del descanso, Mbappé y Tchouaméni voltearon el choque en el segundo tiempo, y Ferran Torres forzó la prórroga con un empate a dos. Finalmente, Jules Koundé firmó el tanto decisivo en el minuto 113, desatando la explosión de júbilo de los 72.000 aficionados presentes.
Dominio inicial y gol de Pedri
Desde el pitido inicial, el Barcelona mostró una clara intención de controlar el balón y presionar alto. Tras unos primeros minutos de tanteo, el conjunto blaugrana fue ganando metros y aproximándose con peligro a la portería defendida por Thibaut Courtois. La insistencia del mediocampista Pedri encontró premio en el minuto 29, cuando recogió un balón templado en la frontal del área y lo cruzó con precisión al palo largo para batir al guardameta madridista. Este gol puso el 1-0 con el que se llegó al descanso y encendió a la afición culé, que hasta entonces había mantenido un respetuoso silencio en las gradas.
Reacción blanca y remontada de Mbappé y Tchouaméni
La segunda mitad arrancó con un Real Madrid volcado en busca de la igualada. A pesar de que el Barcelona conservó la iniciativa en el juego, los cambios de Carlo Ancelotti dieron frescura al ataque merengue. En el minuto 70, Kilian Mbappé, incorporado tras el descanso, transformó un libre directo con un disparo potente y ajustado que se coló junto al larguero, poniendo el 1-1 en el marcador. Siete minutos después, en el 77, Aurélien Tchouaméni conectó un remate impecable de cabeza tras un saque de esquina para colocar el 1-2 y desatar la euforia en la grada madridista. El Real Madrid había logrado dominar la final por momentos, obligando a los visitantes a replantear su estrategia.
El empate de Ferran Torres y el paso a la prórroga
Con apenas siete minutos restando para el final del tiempo reglamentario, el Barcelona respondió con un contragolpe letal. Ferran Torres, tras un rápido ataque, superó con frialdad a Courtois y remató al fondo de la red para empatar a dos en el minuto 84. Este tanto no solo igualó la contienda, sino que desató nuevos cánticos y una ola de entusiasmo que contagió a ambos bandos. Los últimos minutos del partido se vivieron con máxima tensión, pero ninguno de los dos equipos logró alterar el marcador, forzando así la prórroga.
Prórroga; el detalle decisivo de Koundé
En el tiempo extra, el desgaste físico se dejó notar en ambos conjuntos, disminuyendo la intensidad de las aproximaciones. Con todo por decidir y los nervios a flor de piel, fue Jules Koundé quien, en el minuto 113, resolvió un duelo vibrante. El central defensivo aprovechó un balón suelto en el área visitante y colocó un disparo raso al palo corto que superó a Courtois y certificó el 3-2 definitivo. La celebración azulgrana no se hizo esperar: jugadores, cuerpo técnico y aficionados vivieron un momento histórico para el barcelonismo.
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Estadísticas y ambiente en La Cartuja
- Asistencia: 72 000 espectadores.
- Goleadores:
- Pedri (min. 29)
- Mbappé (min. 70)
- Tchouaméni (min. 77)
- Ferran Torres (min. 84)
- Jules Koundé (min. 113)
- Final histórica: octava vez que Barcelona y Real Madrid se encuentran en una final de Copa del Rey.
- Silencio y cánticos: un respetuoso mutismo al inicio que derivó en ovaciones y cánticos durante toda la tarde-noche.
Contexto y relevancia del triunfo
Con este triunfo, el FC Barcelona alcanza su 32.º título de Copa del Rey, afianzando su condición como el máximo ganador de la competición. Además, la victoria en Sevilla refuerza la moral del equipo en una temporada marcada por la alternancia de liderazgos en La Liga y la aspiración a títulos en todas las competiciones. Para el Real Madrid, a pesar de la derrota, la final dejó buenas sensaciones en la segunda mitad y en la prórroga, confirmando el carácter combativo de un proyecto que busca recuperar la hegemonía nacional e internacional.
El histórico estadio de La Cartuja fue testigo de un choque de titanes que pasará a la historia del fútbol español. El FC Barcelona, tras superar adversidades y un rival de altura, sumó una nueva Copa del Rey a sus vitrinas y brindó a sus seguidores una final para el recuerdo. El Real Madrid, por su parte, no bajó los brazos en ningún momento y obligó a los azulgrana a dar lo mejor de sí hasta el último suspiro. Con este escenario, ambos clubes se preparan ahora para afrontar lo que resta de temporada, con la mirada puesta en Europa y en su afán por conquistar nuevos éxitos.